Mis MUÑECOS DE TRAPO
A lo largo de estos años he tenido decenas de ocasiones para la regresión a la infancia. Éstas siempre fueron acompañadas de la elaboración de un muñeco de trapo. Animales imperfectos que, dibujados directamente sobre la superficie textil, serían únicos en su especie. En su mundo todo vale, desde transformar los ojos en botones hasta colocarles una golosina en él. Rodeada de retales de lona y pana llegué a crear un zoológico variopinto en el que gatos y perros, elefantes y jirafas nunca llegaron a convivir. Objetos inanimados que, a medida que se iban confeccionando, tomaban rumbo hacia su destinatario.
Cada uno de ellos tiene detrás una bonita y personal historia vinculada a reencuentros, reconciliaciones, bienvenidas y felicitaciones. Hoy, los comparto con vosotros, ya que, aunque el zoo irá creciendo, ya maúllan en mis oídos los gatos, ladran los perros, barritan los elefantes y, sin embargo, mi última jirafa…
















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Enamorada de tus muñecos de trapo!! Y Luca deseando tener el suyo, jeje!! Besitos
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Qué preciosidad!!!!